Estructura para Serie Nacional y Liga Superior
La mayoría de los aficionados al beisbol en Cuba están de acuerdo en varios elementos:
1. La Serie Nacional (SN) debe mantenerse con los 16 equipos que representan a las provincias y al municipio especial.
2. La calidad de la SN es muy baja.
3. Se necesita otra instancia superior para mejorar la calidad del espectáculo y elevar el nivel deportivo de nuestros mejores peloteros, dígase serie, copa, liga, selectiva, elite, superior, etc.
Si no podemos eliminar algo de calidad deficiente como la SN al menos es una alternativa minimizarla, es decir, reducirla para con el ahorro de recursos potenciar la liga elite.
Para lograr este propósito se propone una estructura corta pero que puede mantener el interés de los aficionados y alcanzar su objetivo que es coronar al campeón nacional y preparar a los mejores peloteros para la fase siguiente.
Una forma de mantener a la afición interesada es con series de eliminación, similares a los playoff, con 16 conjuntos como es el caso se necesitan 4 subseries o rondas eliminatorias para completar el calendario con un titular o campeón del país.
Existen varias formas para desarrollar la serie, voy a sugerir algunas aunque son muchas las que comisión nacional puede analizar y proponer como SN.
Las subseries pueden ser de 7, 8, 9 o 10 juegos. Se pueden desarrollar en 2 semanas con partidos de ida y vuelta, por ejemplo 4 juegos como visitador una semana y en la siguiente 4 encuentros como homeclub, en caso de empate decide el TQB o las reglas que se aplican en estos casos, también pueden ser 3 y 4, 4 y 5 o 5 y 5 juegos. En 8 semanas se completa el calendario de no existir atrasos, pero dos meses y medios es suficiente en caso de afectaciones climatológicas y recuperación de partidos.
Si se desarrollan 5 encuentros en la semana existe un día de traslado, puede ser el lunes, se definen dos juegos, se descansa y entrena el jueves y tenemos los viernes, sábado y domingo con faena deportiva. Las variantes de 7, 8, 9 o 10 juegos son muchas y también estaría bajo estudio para aplicar una de ellas.
Y la estructura completa se puede completar con 28, 32, 36 o 40 juegos y también presenta múltiples variantes como se afirmó anteriormente.
Veamos algunas:
Aplicar un sistema parecido al Suizo del ajedrez, se parean los equipos según su ubicación en la serie anterior y juegan primero con último, segundo con penúltimo, etc. Los que ganan avanzan y los que pierden juegan entre ellos para definir los puestos de la segunda mitad de la tabla. Con esta estructura, y las otras que se proponen, en cuatro “rondas” se discute el campeonato. Como todas las subseries van definiendo posiciones a manera de playoff, la asistencia a los estadios debe mejorar. En este caso se recomienda que las subseries sean de 4 partidos porque pueden existir traslados largos por ejemplo desde Pinar del Río a Guantánamo o desde esta última provincia a La Isla de Juventud, etc.
Otra posibilidad seria implementar 4 grupos según las regiones tradicionales: oriental, centro oriental, centro occidental y occidental.
En la primera ronda u octavos de final, y tomando como referencia la serie del año anterior, el mejor ubicado de cada región compite contra el peor, y en paralelo los otros dos equipos desarrollan también sus encuentros de ida y vuelta, de 7, 8, 9 o 10 partidos, como se reglamente en la competencia.
En la segunda ronda o cuartos de final los ganadores discuten el líder del grupo y los que perdieron compiten por el tercer y cuarto lugares.
En la tercera ronda o semifinales el primer lugar de la región oriental discute el campeonato de la zona Este con el líder de la región centro oriental y los vencedores de las regiones centro occidental y occidental batallan para ganar la zona Oeste.
En la cuarta ronda o finales, los vencedores de cada zona discuten el campeonato nacional y los derrotados dirimen los lugares tercero y cuarto.
Igualmente los 4 equipos que quedaron segundos en sus regiones discuten los lugares del 5 al 8 en dos rondas o subseries.
Los terceros definen los lugares del 9 al 12 y los cuartos lugares de cada región compiten por los puestos del 13 al 16.
De esa forma completamos la serie nacional en cuatro subseries con un total que sugiero de 40 partidos para todos los conjuntos, pero pueden ser 36, 32 o 28 como se analizó a priori.
Algunas variantes que se pueden aplicar sería que los ganadores de cada grupo o región pueden discutir las dos últimas series según la cantidad de ganados y perdidos, el mejor contra el peor y los dos restantes entre sí, y sortear las semifinales sería otra alternativa.
Nótese que no existen refuerzos en el evento nacional y todos las subseries son de vida o muerte y determinan posiciones.
Entonces existen muchas variantes para desarrollar la SN, pero lo importante es mantener las series eliminatorias tipo playoffs que garantizan interés por los aficionados por ser decisivas, con un límite bajo de partidos para ahorrar recursos para posteriormente tener una liga superior más larga y atractiva.
En artículos posteriores analizaremos otras posibilidades como de doble eliminación, concentración en burbujas, etc.
Liga Superior, Elite, Selectiva, etc.
Se han probado múltiples variantes para las series superiores, como las Selectivas o las Elites recientes más o menos atractivas y que son susceptibles a mejorarse, aunque verdaderamente a muchos no les satisface que la liga sea con los equipos mejores clasificados de la serie SN porque la composición de la campaña Elite entonces varía año tras año, y cuando se concentran peloteros de varias provincias solo 8 o 4 equipos sería la fórmula adecuada para que todas las provincias tengan iguale oportunidades.
Muchos consideran que el mayor defecto de las ligas elites es la gran cantidad de peloteros que no juegan incluyendo muchos regulares de probada calidad que se ven apartados y marginados de la competencia.
Existe una forma de organización que utilizan en muchos países y ligas como MLB, una estructura probada y que garantiza participación y calidad, además de interés de los peloteros por destacar porque si no rindes bajas a instancias inferiores mientras otros suben por destacarse.
Entonces se propones una liga superior con menos equipos de calidad concentrada mientras los otros peloteros juegan de forma paralelo una serie inferior, como sucursales de los que están arriba, los peloteros pueden subir o bajar según su desempeño.
Esta estructura es eficaz y garantiza:
Calidad: los mejores juegan entre sí.
Participación y masividad: los que no integran los conjuntos superiores se desarrollan en la segunda división
Motivación: los peloteros se preocupan para destacar para mantener su status o ser promovidos.
Interés de los aficionados: se puede lograr si se realiza de manera correcta, garantizando que las provincias se vean reflejadas en algún equipo.
A continuación se analiza una posible solución pero pueden implementarse muchas alternativas.
Si se agrupan los mejores peloteros de dos provincias colindantes se eleva la calidad de los conjuntos, el resto que no hace el plantel de la liga elite, integra el equipo satélite, de esta forma se garantiza dos niveles con diferente eficacia, uno superior y otro menor.
Por ejemplo, supongamos que fusionamos los equipos de Guantánamo y Santiago de Cuba, entonces el director (DT) del conjunto mejor ubicado en la serie anterior dirige el equipo que llamaremos Serranos (el nombre es opcional) y escoge los peloteros de su equipo entre los candidatos de las dos provincias, para lograr el plantel más competitivo debe seleccionar a los mejores peloteros. El DT del otro equipo se encarga del equipo satélite con los jugadores que quedaron disponibles. Ahora tengo dos equipos, uno mejor y otro peor, juegan todos, no sobra nadie, incluyendo los directivos, entrenadores, etc.
Una sugerencia para conformar los conjuntos sería que el director principal selecciona uno o dos receptores, un primera base, segunda, etc. es decir sus regulares por posición, luego el segundo DT escoge sus peloteros usuales, y así se conforman dos equipos, los lanzadores pueden elegirse en mayor cantidad por ejemplo, se toman 8 para el equipo principal y luego el director del segundo equipo acapara 8 para la sucursal, completándose luego el equipo como se acuerde. Evidentemente la dirigencia del equipo primario debe tener la potestad de convocar a cualquier integrante del segundo equipo cuando lo entienda necesario dándole la oportunidad de jugar siempre y cuando reponga este jugador de forma adecuada.
De esta forma quedan 8 equipos grandes y 8 sucursales, todos los jugadores de la SN se mantienen jugando, todos los técnicos y directores participan, los jugadores tienen que esforzarse al máximo pues pueden ser sustituidos por otro que esté rindiendo.
Entonces se pueden jugar entre 56 o 70 juegos para la liga elite, en subseries de 8 o 10 juegos, la mitad de ida y la mitad de vuelta a desarrollarse 4 o 5 juegos por semana, quedando días de traslado y de entrenamiento y jugando los fines de semana. Al final pueden usarse los playoff o no, no hacen falta más refuerzos pero si se decide pueden implementarse para una final.
Las provincias a fusionar serian Guantánamo y Santiago de Cuba (Serranos u otro nombre), Granma y Holguín (Mineros o cualquier otra denominación), Las Tunas y Camagüey (Granjeros, Orientales, etc.), Ciego de Avila y Santi Spíritus (Centrales), Cienfuegos y Villa Clara (Azucareros), Matanzas y Mayabeque (Occidentales), Pinar del Río y Artemisa (Vegueros) y Ciudad de la Habana con el Municipio Especial Isla de la Juventud (Industriales, Portuarios, etc.) Estos nombres son solo para ejemplificar, las provincias pueden ponerse de acuerdo para denominar sus conjuntos.
Algunas particularidades de esta posibilidad:
Como cada equipo responde a los intereses de dos provincias, la afición de esos dos territorios apoyaría al equipo mayor y al satélite.
Todos los peloteros de la SN participan en la elite.
No existe tanta concentración de bateadores y el picheo puede ir superando poco a poco sus deficiencias.
Los equipos satélites no tienen que jugar la misma cantidad de juegos, pueden concentrarse en burbujas o rotar por diferentes zonas jugando los fines de semana, cada 15 días, etc. según se acuerde.
Con esta estructura tenemos que los mejores jugadores tendrían como máximo 40 juegos de la SN y 70 de la superior, un total de 110 partidos, y los demás jugadores participan en los 40 partidos de la SN más los juegos de la liga inferior, todos los regulares tienen posibilidad de integrar uno de los dos equipos y pujar por estar en la liga elite.
Esta estructura es una de las tantas que se pueden implementar, pero lo importante es mantener a todos los jugadores activos y un nivel de equipos por debajo que sirvan como sucursal del equipo grande conservando la representatividad de las provincias. Es decir, al final no es tan importante como se formen los equipos, sus nombres, etc. sino implementar varios niveles competitivos paralelos como se hace en otras ligas de probada calidad, incluyendo MLB y que no queden jugadores sin participar, es decir, evitar los desempleados.
A la larga, si se conserva la estructura y el nivel de los peloteros mejora, sobre todo de los lanzadores, tendríamos 8 equipos de buena calidad jugando una liga elite, que puede ser “profesional” y tener con el tiempo el patrocinio de empresas u otras fuentes.
Es evidente que la estas propuestas no son mágicas ni van a llenar estadios, solo manteniendo una estructura estable, con participación de todas las provincias y elevando el techo de los eventos se logrará el interés de los aficionados y que las congas y trompetas resuenen en las instalaciones deportivas.
Una SN diferente. ¿Con menos equipos?
Aunque estoy de acuerdo que la SN debe mantenerse con 16 equipos también existen variantes que podría implementarse y que garantiza que cada provincia tenga un equipo participando con su roster completo.
Para aclarar, al respecto existen dos tendencias, una que aboga por los 16 conjuntos y otra que desea reducir la SN a menos equipos preferiblemente 6 o 4 (particularmente prefiero 8), pero esto acarrea muchos inconvenientes y problemas, quien va a eliminar a equipos o provincias con tradición ganadora como Industriales, Pinar, Santiago o a los Azucareros, o a Matanzas, Ciego, Granma, Las Tunas que han animado las últimas ediciones domésticas, no creo que sea justo ni siquiera descartar a los peloteros del municipio especial quienes han aportado brillantes y colorido a estos eventos.
Entonces qué podemos hacer, veamos algunas soluciones:
La primera es la que ya se abordó anteriormente, es decir, convertir a la liga elite propuesta en la SN, con 8 equipos formados por peloteros de dos provincias colindantes, serían Guantánamo y Santiago, Granma y Holguín, Las Tunas y Camagüey, Ciego de Avila y Santi Spíritus, Cienfuegos y Villa Clara, Matanzas y Mayabeque, Artemisa y Pinar del Río e Industriales y la Isla de la Juventud.
Siendo consecuentes con la propuesta analizada, es posible realizar algunos encuentros previos entre los equipos de las dos provincias hermanas, unos juegos de pretemporada en 15 días por ejemplo, y de ahí entonces conformar el equipo elite y el satélite o sucursal, todos los peloteros juegan y se concentra la calidad arriba, en los 8 conjuntos principales.
Con esta estructura hay representatividad de todas las provincias, solo que se unen dos provincias para un team fuerte y otro secundario que sirve de reposición y cambio de atletas según su desempeño en la campaña.
Esta alternativa logra los dos objetivos, todas las provincias tienen equipo y se logra mayor calidad.
Los 8 equipos elites desarrollan su calendario competitivo en la estructura que se decida y los 8 conjuntos de nivel inferior pueden jugar menos juegos y entrenar más de forma paralela.
Esta serie nacional sería la base para una liga con 6 o 4 equipos, como antesala a la preselección nacional para eventos internacionales, que de ser posible en el futuro podrían pasar a ser clubes “profesionales” bajo la tutela de empresas, capital privado, etc.
Otras variantes podrían ser mantener dos niveles pero con las 8 provincias mejores arriba y las 8 más rezagadas abajo, jugando dos series independientes, y subiendo y bajando planteles según su desempeño, similar a muchas ligas de fútbol, pero en este caso no hay concentración de calidad aunque mejora el espectáculo y se pueden lograr ahorros económicos.
En resumen, si la SN es de baja calidad podemos mantenerla pero con menos juegos, con series de eliminación directa para buscar un campeón nacional. La liga superior o elite puede conformarse con dos provincias colindantes para concentrar la calidad y los peloteros que no formen el equipo grande juegan en las sucursales. Y también es posible convertir la liga elite propuesta en la SN porque cada provincia está representada en un equipo principal y otro secundario, solo que con refuerzos de otra provincia hermanada. Existen muchas otras posibilidades algunas sugerida aquí, algunas que se han probado sin resultado positivo y muchas que han propuestos aficionados y especialistas.
Sobre la sub23 deben mantenerse los 16 conjuntos para el desarrollo de los talentos en las provincias.
Luego ahondaremos en otras cuestiones como las motivaciones económicas de los peloteros, su salario y otros detalles para precisar sobre estructura, selección de jugadores, etc.